Malditos gatos!
Esa era la frase con la que cada noche despertaba, quejándose de los felinos que en el balcón de su pequeño hogar solían reunirse a las 3 de la mañana a dar un nocturno concierto, pero hoy no...
Yaneth despertó, y lo primero que notó, es que hoy no había concierto, no había música ni un ruído en el silencio. Pasó del alivio a la inquietud. Porqué hoy los gatos no maullaban? Porqué hoy no había ruído afuera? Acaso...
Pronto lo sabría.